QUIZÁ LA ÚLTIMA TARDE
PARTE V.
Acelerada respiración podía percibirla asquerosamente en mi cara, su mano
sucia acariciaba mis labios resecos y agrietados, su dedo trazaban líneas
alrededor de mis ojos, nariz, boca, cabello.
Jalaba mi pelo a la vez muy suave, otras fuerte, no hice nada por moverme
puesto que su fuerza era obviamente más que la mía así que solo esperé a que
hiciese lo que él quisiera.
Era una especie de niño conociendo su nuevo juguete, por un momento pensé que era algo tierno pero
comenzaba a recibir su desespero. Empezó a golpearme como si me odiara o
quisiera descargar la ira contra mí como si yo fuera un costal de boxeo.
Se concentró después en mis pezones, los pellizcaba, los tocaba
circularmente y podía sentir un cosquilleo, los lamió hambrientamente mientras
su mano sofocaba mi garganta.
Podía sentir ese pánico aterrorador, mi esfínter se contraía y mi piel se
estremecía, bajó su mano hacia mi abdomen para posteriormente adentrase en mi cavidad
vaginal, me lastimaba y al contraerme sin tener lubricación generaba un ardor
incómodo sin excitación.
Su cuerpo ya pesaba sobre el mío, lo perturbador era esa máscara que
portaba en su cara; pasó de masturbarme a voltearme boca abajo, bajó mis
bragas, se desabrochó la bragueta y ya podía sentir su miembro muy duro, grande
y grueso, me penetró vía anal y gritaba de dolor, lo hacía sin tener piedad y
al parecer mi dolor le excitaba aún más.
-Mapachita
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