Amor, no te
quiero para otra cosa que no sea el compartir un par de horas en la cama, no te
quiero para hacerte el café sino para despojarte de la estorbosa ropa, besarte
fuerte y subirme desenfrenadamente sobre ti porque estoy deseosa.
“Amor”, no te
llamo así porque te quiera o me sienta dueña de ti, la razón por la que lo hago
es porque no te puedo llamar por tu nombre, no me gusta y es difícil pronunciar
así que opto por la facilidad de llamarte así.
No te necesito a
cada momento, te requiero solo cuando tengo ganas de llenarme de placer y
vaciarme de la soledad que regularmente me acecha y me hace sentir inútil. No
deseo que te quedes a dormir ni mucho menos que me estés mensajeando o llamando
a cada instante, no me sofoques por favor, eso déjaselo a los jóvenes que aún
creen en el amor.
Me gustas
callado pero preparado para tomarme como tu presa, me fascina tus gruñidos, que
son el resultado del empeño ejercido sobre mi cuerpo…me excito cada vez que empujas
y cada vez que muerdes. Que me penetres como todo un enfermo animal.
Y para eso te
quiero, para disfrutar del sexo, jugar con nuestros cuerpos, besarnos los
genitales, mordernos la piel, arañarnos los brazos, susurrarnos suciedades y
gemirte mientras nos mojamos.
-Mapachita
Que intenso, franco y directo, esos deseos tan humanos y esas palabras exactas para dejar las cartas sobre la mesa. Me fascina como escribes.
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