Ana e Isabella,
amigas de tiempo atrás solían platicarse todo; con quién estaban saliendo, a
quién usaban, querían y a quiénes no amaban. Por su puesto, apoyándose entre
ellas, a ambas les gustaba salir con chicos y tener sexo sin compromiso de por
medio. Al fin unas simples jóvenes de 17 años experimentando todo lo que
tuviera que ver con el placer. Un fin de semana planeron rentar una cabaña,
lugar que les quedaba a un par de horas de su ciudad. Invitaron a tres amigos
varones un poco mayores que ellas. Rubén de 22, Sebastián de 30 e Ignacio de
apenas 20 años, los tres muy guapos y altos. Era obvio que no solo tendrían una
normal convivencia sino diversión sexual a la cual estaban ya acostumbradas. Se
llegó el día y salieron rumbo a ese lugar, era hermoso, hacía sol, el césped le
daba una vista acogedora para poder sentarse afuera y platicar, la cabaña era
pequeña pero perfecta para ellos 5, a lo lejos quedaba un lago donde las garzas
posaban por ratos. La noche trajo consigo un rico fresco y después de haber
pasado la tarde afuera decidieron meterse sin ganas de prender fogata al aire
libre como normalmente se acostumbra a hacer en un lugar así. Prepararon la
cena y decidieron embriagarse. Isabella se propasó con la bebida que empezó a insinuársele
a Sebastián, que era el varón de mayor edad y este, sin importar lo joven que
era se la llevó a una recámara donde le quitó la ropa para comenzar a
masturbarla mientras Isabella gozaba de los dedos de su compañero, Sebastián le
mordía sus delicados pezones y en eso se escucharon risas puesto que Ana estaba
por entrar con los otros dos chicos a la misma habitación. Rubén le alzaba el
vestido a Ana e Ignacio tocaba sus pechos por debajo del sostén y la chica no
paraba de reír. Isabella los ignoró y siguió en lo suyo… le abrió sus piernas a
Sebastián mientras se recostaba en la cama para que le hiciera sexo oral a lo
que el chico respondió y empezó a mordisquear con sus labios el clítoris y
pasar su lengua por toda su vulva que ya estaba muy mojada como respuesta a la
excitación provocada. Mientras tanto Ana se encontraba sobre Ignacio besándolo
sobre el sofá y Rubén le mordía la espalda y el cuello. Isabella estaba por
llegar al orgasmo mediante esa lengua que hacía maravillas con sus genitales y
lo explotó en la cara de Sebastián quien disfrutó de los fluidos los cuales le
pertenecían, los lamió y saboreó alimentando más su ego. Su pene estaba tan
duro que se dirigió con Ana que ya estaba sentada y se lo introdujo en su boca
para que le hiciera una felación a lo que ella accedió excitada pues anteriormente
Rubén le estuvo metiendo sus dedos en la vagina e Ignacio jugaba con su ano.
Ana le succionaba su miembro el cual era muy grueso y la saliva que caía la
utilizaba para masajearle los testículos a Sebastián quien no quiso eyacularle
la boca que mejor se apartó para ir ahora con Isabella a quien los otros dos
varones ya la estaban acariciando por todo su delicioso cuerpo, los apartó para
ponerla boca abajo y metérsela por la parte trasera, Isabella lanzó un grito
desgarrador que después pasó a ser solo gemidos de placer, no pasó de 3 minutos
para que Sebastián eyaculara dentro de ella, la había traído mucho tiempo tan
dura que solo quería tener el orgasmo y ya. Ignacio penetró a Ana mientras esta
estaba en el suelo como animal de 4 patas, por otra parte Rubén estaba
recibiendo de ella un placentero oral, se la infiltraba hasta la garganta con
rápidos movimientos de sacar y meter… Sebastián estaba listo para un segundo
round e Isabella empezaba a masturbarlo y lamiéndosela de vez en cuando, se
posó sobre él generando esa fricción de su clítoris con su pene sin que hubiese
penetración, que por cierto son de las cosas más deliciosas. Ignacio terminó en
la vagina de Ana y ahora se encontraba masturbando a Isabella al momento en que
Sebastían la atragantaba con su miembro, Rubén estaba teniendo sexo anal con
Ana; esa puberta con cara de mustia que nadie lejano a ella se imaginaría cómo estaba
gozando de ese sexo como toda una guarrilla. Rubén se dejó venir sobre sus nalgas, dejándola
salpicada de su semen. Pasaron los minutos y ya todos se encontraban extasiados,
unos sentados en el sofá y otros en la cama. Siguieron bebiendo fascinados por
todo lo que había sucedido, Ana e Isabella estaban tan felices, ebrias y
satisfechas que sin pensarlo comenzaron a besarse jugueteando con sus lenguas y
acariciándose sus partes íntimas, Ignacio sintió rápido su erección ante esa imagen
que a cualquiera hombre le excitaría y estas al darse cuenta de eso comenzaron
a acariciar su pene mientras lo lamían de lado a lado y lo pasaban por dentro
de sus bocas mirándose entre ellas para después dirigirle la vista hacia él,
quien se encontraba embelesado por el deleite que le estaban generando en sus
genitales y los otros dos chicos se quedaron dormidos por lo cual se perdieron
de lo que pronto se convertiría en un trío.
-Mapachita
Me identifico con Sebastián.... Josue
ResponderEliminarJa, oye amigo ¿Y el acento?
ResponderEliminar