Noté cómo un
tipo de lejos me observaba, tenía unos ojos hermosos y dejaba al descubierto su
pecho, parecía ser muy varonil. Estaba
dentro de un bar que se ubicaba junto a playa, era ya como más de la medianoche
cuando me dirigí hacia el baño en busca de mi amiga la cual estaba echándose un
tremendo polvo con un hombre de cabello rubio, claramente sonreí, ya decía yo
que estaba tardando demasiado y extrañamente había decidido ir sola, sin mi
compañía como es de costumbre, para llegar a esa conclusión tuve que abrir una
de las puertas donde su bolso se veía en el suelo junto a sus tacones y unos
zapatos, solo quería cerciorarme de que todo estuviera bien. Salí del sanitario,
estuve otro rato más sin volver a voltear a ver aquel hombre que había
penetrado mi mente, a veces no hay que ser tan obvias, no quise mostrarme
interesada. Le envié un mensaje a mi amiga de que iría a dormir, que se cuidara,
que nos veíamos al día siguiente. Me dirigí hacia afuera, miré el mar y me
perdí en la oscuridad y la brisa, no había nadie, creo haber ido algo retirado
de donde me encontraba, me senté en una piedra pensando en varias situaciones
que tenía pendientes. Las vacaciones iban bien, las noches habían sido
relajantes y ahora me encontraba frente a un paisaje que recordaría siempre; la
luna alumbraba el mar, las estrellas brillaban entre sí, y el viento erizaba mi
piel. Percibí a alguien a acercarse, me asusté por no saber quién podría ser,
en ese momento me arrepentí de haber llegado algo lejos a mitad de la noche. Me
paré inmediatamente y fue entonces que esforzándome en observar, conocí su
mirada, esos ojos deslumbrantes con los que me había topado tiempo atrás en el
bar, eran esos mismos los que me llevarían a pecar. Su olor impregnaban hasta
mi ropa, perfume, alcohol, cigarro, que sin decir más, me tomó de las caderas
con sus manos y comenzó a besarme en una forma demasiado excitado, mi cuerpo se
llenó de calor accediendo a sus mojados besos. Su lengua se retorcía por
dentro, sus dedos se colaban entre mis piernas buscando el punto donde yo
explotaría de placer, me masturbó delicadamente, podía saborear sus ganas y
darme cuenta de las mías, ese olor no lo olvidaría; mis favoritos para ser
realista. Lo acaricié sobre sus pantalones, su miembro se sentía demasiado
erecto, quería sacarlo para poder recorrerlo por completo, con mis dedos, con
mi boca, con mis labios. Pero no tuve tiempo de empaparlo con mi saliva, me
sentó sobre la piedra, se deshizo de mi blusa, sacó mis pechos y se dedicó a
palparlos, besarlos, morderlos. Entonces, me recostó sobre la arena boca abajo
ya sin ropa, sabía lo que estaba por suceder, su bragueta hizo ruido, segundos
más tarde sentí su peso sobre mí, su pene estaba entre mis nalgas jugueteando un
poco, después me penetró fuertemente provocando mis gemidos y uno que otro
grito de dolor, eyaculó demasiado rápido sobre mi espalda, nos dormimos. Un par
de horas más tarde proseguimos con lo nuestro, nos besamos desesperadamente
descubriéndonos aún más nuestros cuerpos, me hizo suya por largos intervalos,
no dejaba de verle a la cara, ya había tardado en correrse lo cual me excitaba
porque era delicioso lo que me hacía sentir en esos momentos, las olas del mar
se escuchaban a lo lejos, la luz empezaba a hacerse notar aunque muy
ligeramente, el aire era aún fresco y sus ojos en mis recuerdos permanecen
eternos.
-Mapachita
Esta perfecto ohh... es demasiado sensual y excitante... me dieron ganas de masturbarme haha... bueno es un texto erotico exquisito, la descripcion y las sensaciones, los lugares...me impresiona como describes la situacion de forma tan rapida y sin fisuras, es muy real.
ResponderEliminarHola Juan Carlos, muchas gracias por pasarte a mi blog y aparte por dejar tan agradable comentario, saludos.
EliminarLeo mucha literatura erotica, lo que haces es mas profundo ....es irremediablemente como un mar humedo y lleno de luces... no solo este si no cada texto, me estoy aventurando en tus letras y me dejan muy, muy excitado y pleno... trato de leer de a poco, degustar esa sensacion de que descubro poco a poco la sensualidad y la existencia de esas multiples mujeres que hechizan con su interior incandescente, es como un fuego inagotable....
ResponderEliminarMe encanta imaginar que ambos somos los protagonistas en tus historias, hermosa. Saludos!
ResponderEliminarMuy excitante. . Me masturbe mientras lo leía.
ResponderEliminarQué buen relato! Hace volar la imaginación!! Super excitante
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