Vistas de página en total

martes, 2 de agosto de 2016


Nadie como tú mi amor, que apagabas las ganas, esas que queman, que arden, que pellizcan, que dan cosquillas; desesperan, frustran, nos rompe hasta hacernos llorar, son ganas que duelen cuando sabemos perfectamente que nadie hará nada por saciar nuestros antojos, pues estamos solos, es un hecho, una maldita realidad. Realidad que a veces nos lleva tiempo aceptar.

Permaneces tan duro, fuerte, sucio, antojable; perfecto para quitarse las buenas intenciones queriendo probar de las malas. Que aún no acabas de una estampida cuando ya estás listo por comenzar otra y yo lista ahí  para recibir todas tus descargas. Llenas de fuerza, masculinidad, pasión, desenfreno, enojo, rabia, llenas de ira enfermiza. Tal y como me excita, exactamente y como me  fascina.

Mis pezones tentados a jugar con tu lengua, y es que no hay mayor placer que el jugueteo de tu boca en las partes más sensibles de mi cuerpo; senos, cuello, labios, mi vulva, mis piernas…Soy toda tuya mi amor, aquí me tienes, cada vez más húmeda…aunque sé que ya no estás y ni señales de que llegues, eso me duele.

Me toco a solas, tu recuerdo es el único consuelo, nos imagino juntos, como lo era antes, malditas y deliciosas sensaciones pasionales…te requiero, justo ahora, frente o detrás, no importa, sólo tómame, disfrútame, maltrátame, enloquéceme, muérdeme, es más ¡mátame si quieres! que dolerá menos a lo que ya  me dueles…

-Mapachita

No hay comentarios:

Publicar un comentario