Mi nueva
amiga
Mientras me
duchaba en agua caliente pensaba en qué ponerme; el atardecer pintaba algo
fresco y el ambiente un poco húmedo aún, la mañana había sido muy lluviosa y en
la tarde el sol solo se había asomado unas efímeras veces.
Salí de
bañarme, pasé la toalla seca por todo mi cuerpo y al final la enredé sobre mi
cabeza. Mis manos cubrían de crema mis brazos, cuello, hombros, tetas, ombligo,
pies y todas mis piernas.
Me dirigí
hacia el cuarto desnuda ya que estaba sola y nadie podría observarme así; abrí el
armario, cogí un vestido rojo quemado y una chamarra color marrón además de
unas bragas que me habían regalado en mi cumpleaños; como ya saben detesto usar
sostén así que este paso lo omití.
Cepillé mi
cabello y medio lo sequé con la secadora, pinté mis labios rojos y salí de
casa.
Vaya que
hacía frío quizá era mejor si hubiera tomado unos jeans pero no me iba a
regresar, iba ya un poco atrasada, sé que aún no tienen idea hacia donde me
dirigía y no, no era a una cita.
Llegué a
casa de una amiga que recién había conocido, me había pedido con antipación un
favor y amablemente accedí. Ese día ella se quedaría sola en casa y estaba
pasando por momentos muy difíciles solo quería tener compañía antes de dormir;
para ello me invitó a ver una película.
Me deshice
de la chamarra y pasé a ponerme cómoda, la verdad es que la película era de
romance por ende sabrán que era demasiado sosa y aburrida, sin darme cuenta me
quedé dormida.
Desperté y
el romanticismo había por fin terminado pero no estábamos dos en la habitación,
había una tercera persona la cual desconocía, pasa que me miraba de una forma
muy extraña mientras besaba a mi apenas conocida amiga.
Ella se percató
de que había despertado y su mirada fue algo misteriosa; no pude definir si es
que el que le hubiera pillado la había apenado o lo contrario, un gusto y
excitación el que yo la viera besándose con ese hombre que aparentaba una edad
muy avanzada pudiendo ser hasta su padre.
Me dijo que
era un amigo suyo y esperaba que no me molestase su presencia a lo que le dije
no. Lo raro fue que al decírmelo no la noté muy segura de que realmente fuera
un “amigo”.
Dialogaban
en secreto y mejor me dirigí hacia la cocina por un vaso de agua con el permiso
de ella, regresé y presencié una escena demasiada subidita de tono, él estaba
sobre mi amiga besándola apasionadamente, quise irme pero pidió que me
quedara. Difícilmente accedí y me senté a lado de ellos imaginando qué ocurriría.
A decir verdad
el hombre no era nada feo, sí, le calculaba unos 40 años a lo mucho pero se
mantenía en forma y realmente me llamaba mucho la atención pero ¡coño!, lo más
seguro era que fuesen ellos ya pareja.
El cuarto
estaba oscuro con la tv encendida y ya me estaba sintiendo un poco incómoda
cuando él mientras la besaba pasó su mano por mi desnuda pierna. Sentí un rico
cosquilleo y es que mi piel es demasiada sensible ante cualquier roce o
toqueteo.
Lo miré
pero él no me veía a mí, su mano empezó a subir por mis ingles hasta llegar a
mi ropa interior la cual estaba ya un poco húmeda, la hizo hacia un lado y
metió sus dedos, jadié sin pensarlo y mi amiga no se inmutó pues seguía
besándolo.
En cuestión
de segundos ya lo tenía sobre mí y me besaba, su lengua era muy alargada,
seguía masturbándome, lo hacía de una forma tan deliciosa que podría
disfrutarlo todo el día si fuese posible, parecía tener mucha experiencia con
sus manos yo solo podía gozarlo ¿para qué pensar en mi amiga si a ella
parecía no molestarle?
Quitó mi
vestido y rozó mis pezones con su lengua, mi amiga acariciaba mi cabello pero yo
seguía concentrada en él, no esperé más y pasé a liberarlo de esa presión en
sus pantalones, era grande y el grosor no lo era tanto pero lo devoré como a un
bocado. Mientras le hacía sexo oral ambos se besaban y a mí eso parecía
excitarme.
Dejé de
chupársela y nos comenzamos a besar, me recostó sobre la almohada y se
posicionó a un lado, sentía como mi amiga me abría las piernas y comenzaba a
sentir su lengua sobre mi clítoris. Sus dedos entraban y salían de mi vagina,
el placer era inexplicable, gemía y en eso él mordía mis pezones lo cual
intensificaba mi excitación. El placer parecía ser doble. Y lo realmente lo era.
Le pedí que
me penetrara y lo hizo, sentí muy rico, mi amiga estaba a un lado e intento meterme su lengua en la boca pero no
pudo lograrlo ya que giré mi cabeza…no le molestó, lamió y besó mis pezones y
él seguía dándome muy duro mientras sus dedos entraban entre mis labios para
llenarlos de saliva y él poder posteriormente chuparlos.
Estaba por
tener un orgasmo cuando ella logró besarme y seré sincera, su beso fue tan
lleno de pasión que mis paredes
vaginales empezaron a contraerse y liberar el resultado de lo delicioso que la
estaba pasando.
Él se
apartó de mí y penetró a mi amiga, como yo ya había disfrutado tan solo cerré
los ojos y esperé a que finalizaran su sexual acto.
Pasaron un par de semanas y llegué a
dejarle un obsequio ya que me había invitado a cenar por ser el día de su cumpleaños, recuerdo que no
eran muchas las personas en la sala; sus papás, dos primas, una tía y el hombre
al que nos habíamos tirado aquella noche. ¿Y saben? No era su amigo, el hijo de
puta era su tío.
-Mapachita
Hola, que tal! M recuerdas, soy un fan q era nuevo en twitter y llegue a ti, wow enserio tienes una calidad para escribir y transmitir que historia , me he subido de tono, saludos desde Quito Ecuador, espero pronto otra historia
ResponderEliminarHey hola, espero estés bien, saludos hasta Ecuador pues jeje y gracias por pasarte a leer. :D
EliminarUna nueva historia cargada de morbo y placer, me encanta la forma en la que narras y siendo sincero contigo haces que todo sea mas excitante con tu forma de escribir. Me encanto.
ResponderEliminarQué lindo; muchísimas gracias :D
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