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miércoles, 16 de noviembre de 2016



Mi nueva amiga

Mientras me duchaba en agua caliente pensaba en qué ponerme; el atardecer pintaba algo fresco y el ambiente un poco húmedo aún, la mañana había sido muy lluviosa y en la tarde el sol solo se había asomado unas efímeras veces.

Salí de bañarme, pasé la toalla seca por todo mi cuerpo y al final la enredé sobre mi cabeza. Mis manos cubrían de crema mis brazos, cuello, hombros, tetas, ombligo, pies y todas mis piernas.

Me dirigí hacia el cuarto desnuda ya que estaba sola y nadie podría observarme así; abrí el armario, cogí un vestido rojo quemado y una chamarra color marrón además de unas bragas que me habían regalado en mi cumpleaños; como ya saben detesto usar sostén así que este paso lo omití.

Cepillé mi cabello y medio lo sequé con la secadora, pinté mis labios rojos y salí de casa.
Vaya que hacía frío quizá era mejor si hubiera tomado unos jeans pero no me iba a regresar, iba ya un poco atrasada, sé que aún no tienen idea hacia donde me dirigía y no, no era a una cita.

Llegué a casa de una amiga que recién había conocido, me había pedido con antipación un favor y amablemente accedí. Ese día ella se quedaría sola en casa y estaba pasando por momentos muy difíciles solo quería tener compañía antes de dormir; para ello me invitó a ver una película.

Me deshice de la chamarra y pasé a ponerme cómoda, la verdad es que la película era de romance por ende sabrán que era demasiado sosa y aburrida, sin darme cuenta me quedé dormida.

Desperté y el romanticismo había por fin terminado pero no estábamos dos en la habitación, había una tercera persona la cual desconocía, pasa que me miraba de una forma muy extraña mientras besaba a mi apenas conocida amiga.

Ella se percató de que había despertado y su mirada fue algo misteriosa; no pude definir si es que el que le hubiera pillado la había apenado o lo contrario, un gusto y excitación el que yo la viera besándose con ese hombre que aparentaba una edad muy avanzada pudiendo ser hasta su padre.

Me dijo que era un amigo suyo y esperaba que no me molestase su presencia a lo que le dije no. Lo raro fue que al decírmelo no la noté muy segura de que realmente fuera un “amigo”.

Dialogaban en secreto y mejor me dirigí hacia la cocina por un vaso de agua con el permiso de ella, regresé y presencié una escena demasiada subidita de tono, él estaba sobre mi amiga besándola apasionadamente, quise irme pero pidió que me quedara. Difícilmente accedí y me senté a lado de ellos imaginando qué ocurriría.

A decir verdad el hombre no era nada feo, sí, le calculaba unos 40 años a lo mucho pero se mantenía en forma y realmente me llamaba mucho la atención pero ¡coño!, lo más seguro era que fuesen ellos ya pareja.

El cuarto estaba oscuro con la tv encendida y ya me estaba sintiendo un poco incómoda cuando él mientras la besaba pasó su mano por mi desnuda pierna. Sentí un rico cosquilleo y es que mi piel es demasiada sensible ante cualquier roce o toqueteo.

Lo miré pero él no me veía a mí, su mano empezó a subir por mis ingles hasta llegar a mi ropa interior la cual estaba ya un poco húmeda, la hizo hacia un lado y metió sus dedos, jadié sin pensarlo y mi amiga no se inmutó pues seguía besándolo.

En cuestión de segundos ya lo tenía sobre mí y me besaba, su lengua era muy alargada, seguía masturbándome, lo hacía de una forma tan deliciosa que podría disfrutarlo todo el día si fuese posible, parecía tener mucha experiencia con sus manos yo solo podía gozarlo ¿para qué pensar en mi amiga si a ella parecía no molestarle?

Quitó mi vestido y rozó mis pezones con su lengua, mi amiga acariciaba mi cabello pero yo seguía concentrada en él, no esperé más y pasé a liberarlo de esa presión en sus pantalones, era grande y el grosor no lo era tanto pero lo devoré como a un bocado. Mientras le hacía sexo oral ambos se besaban y a mí eso parecía excitarme.

Dejé de chupársela y nos comenzamos a besar, me recostó sobre la almohada y se posicionó a un lado, sentía como mi amiga me abría las piernas y comenzaba a sentir su lengua sobre mi clítoris. Sus dedos entraban y salían de mi vagina, el placer era inexplicable, gemía y en eso él mordía mis pezones lo cual intensificaba mi excitación. El placer parecía ser doble. Y lo realmente lo era.

Le pedí que me penetrara y lo hizo, sentí muy rico, mi amiga estaba a un lado  e intento meterme su lengua en la boca pero no pudo lograrlo ya que giré mi cabeza…no le molestó, lamió y besó mis pezones y él seguía dándome muy duro mientras sus dedos entraban entre mis labios para llenarlos de saliva y él poder posteriormente chuparlos.

Estaba por tener un orgasmo cuando ella logró besarme y seré sincera, su beso fue tan lleno de pasión  que mis paredes vaginales empezaron a contraerse y liberar el resultado de lo delicioso que la estaba pasando.

Él se apartó de mí y penetró a mi amiga, como yo ya había disfrutado tan solo cerré los ojos y esperé a que finalizaran su sexual acto.

Pasaron un par de semanas y llegué a dejarle un obsequio ya que me había invitado a cenar por ser el día de su cumpleaños, recuerdo que no eran muchas las personas en la sala; sus papás, dos primas, una tía y el hombre al que nos habíamos tirado aquella noche. ¿Y saben? No era su amigo, el hijo de puta era su tío.


-Mapachita 

4 comentarios:

  1. Hola, que tal! M recuerdas, soy un fan q era nuevo en twitter y llegue a ti, wow enserio tienes una calidad para escribir y transmitir que historia , me he subido de tono, saludos desde Quito Ecuador, espero pronto otra historia

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    1. Hey hola, espero estés bien, saludos hasta Ecuador pues jeje y gracias por pasarte a leer. :D

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  2. Una nueva historia cargada de morbo y placer, me encanta la forma en la que narras y siendo sincero contigo haces que todo sea mas excitante con tu forma de escribir. Me encanto.

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