El papá de Armando
parte II.
Desde esa vez, seguí
viendo al padre de mi amigo Armando, creí que después de habérmelo
tirado en el baño ya no sucedería más, pensé que al satisfacer esas ganas no
querría volver a intentarlo, por la razón de haber cumplido lo que deseaba con
él y por otro lado, por su familia, era obvio que no estaba bien, pero me
equivoqué. Pudo ser que lo disfruté demasiado como para repetirlo tres veces
por semana durante largos meses.
Como sería
lógico por mi conveniencia, pasaba tardes en casa de Armando para ver a su
padre quien siempre me saludaba alegremente. Me extasiaba con su olor y su hijo
solía usar el mismo perfume y me resultaba confuso porque era como percibirlo a
él, es decir, a su padre que lleva por nombre Ernesto. Lo sé, hasta su nombre
es excitante.
Un mes de Abril
al quedarme sola en la cocina quise bajar unas latas de verduras que se
encontraban en la alacena, mi amigo había salido por un par de cosas que harían
falta en la comida así que Ernesto irrumpió, su mano apretó mi nalga mientras
me acercaba su pene empujándome hacia la alacena, mi cuerpo sintió su energía
sexual, me dijo al oído sucias palabras, mismas que harían que quisiera
desnudarme frente a él, mostrarle cada parte de mi cuerpo y hacerle saber excitada
que yo era de él, sin embargo, no era el momento ni el lugar para hacerlo. Jaló
mi cabello, emití un sonido de queja, se rió egocéntricamente y se fue. Poco
después llegó su esposa, bella e inigualable, no puedo negarlo, era preciosa y
lucía espléndida con ese vestido color mostaza que le entallaba su figura a
pesar de la edad. Como de costumbre, salió hacia la puerta con su bolso y
celular en mano; siempre negocios que le hacía pasar poco en casa.
Armando volvió y
nos dispusimos hacer la merienda, podía percatarme de la mirada y sugerencias
que me hacía notar su padre cada vez que pasaba por la mesa para servirse algo
de agua, hacerle preguntas a su hijo o simplemente asomarse a la nevera,
después se iba a su recámara. Me daban ganas de seguir sus pasos y bajarle el
pantalón para hacerle infinidad de suciedades y dejármelas hacer también, por
parte de él. En mi mente solo quería montarle en todo instante de placer; casi
siempre.
Terminé de comer
y pasamos a la recámara, Armando puso una película y a mitad nos quedamos
dormidos, desperté y me dirigí a la cocina por una fruta, nuevamente tenía hambre
y antes de regresar a la recámara, ahí estaba
Ernesto, justo en la puerta de su habitación, incitándome a que entrara,
dudé en hacerlo, pero me acerqué, me tocó los pechos antes de plasmarme un
profundo beso, por dentro comenzaba a incendiarme, tenerlo tan cerca hacía que
mis partes necesitaran de su boca y de su sexo. Le pasé mi mano por su miembro,
hallarlo sólido y firme, producía que enloqueciera, deseaba masturbarlo desde
abajo, ocasionándole tanta excitación como para que eyaculara en mis párpados,
escurriendo después por el resto de mi cara llegando a mis labios, sería ese
momento de probarlo, saborearlo y disfrutarlo. Volví a la realidad, le apreté
el pene con más fuerza y volví con Armando, seguía durmiendo, Ernesto llegó
detrás de mí y del brazo me llevó hasta su cuarto con actitud desafiante, me
empujó al suelo, pude ver cómo apresurado cerraba la puerta con cuidado, se
echó sobre mí quitándome mitad de la ropa, bajó sus pantalones y su glande
entraba en mi vagina, yo contraía los músculos y él entraba más, demasiado
rico, delirante. Follarme duro era su vicio y a mí me encantaba. No podía gemir
tan fuerte pero tampoco aguantarme ¿Cómo no emitir ningún sonido, cuando lo que
te están haciendo es exageradamente estimulante? Se vino fuera, salpicando
escasamente la alfombra, el semen parecía yacer de mi vientre, ese hombre me
tenía a sus pies. Pusimos todo el orden y me marché de ahí, por suerte Armando
no había abierto los ojos y eso me dejó tranquila, imaginaba qué hubiera pasado
si nos hubiera descubierto, sería una gran pena, pero estábamos aún a salvo.
Nota: Puede que exista una continuación.
-Mapachita
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLlegué aquí por tu Instagram (halagué tu blusa el otro día) y vaya que no me arrepiento! Tus descripciones son gráficas, pero no vulgares y tocas la perversión con sutileza y habilidad. Volveré!
ResponderEliminarHola, gracias por darte la tarea de leer mi blog, que tengas linda noche :D
EliminarLlegué aquí por tu Instagram (halagué tu blusa el otro día) y vaya que no me arrepiento! Tus descripciones son gráficas, pero no vulgares y tocas la perversión con sutileza y habilidad. Volveré!
ResponderEliminarLlegué aquí por tu Instagram (halagué tu blusa al otro día) y vaya que no me arrepiento! Tus descripciones son gráficas, pero o vulgares y tocas la perversión con sutileza y habilidad. Volveré!
ResponderEliminarExcelente . Ojalá si tenga otra continuación. ....jos
ResponderEliminarEspero hayas leído la primera parte, saludos y gracias :D LOVYU.
EliminarHola. Para cuando el próximo relato??? Ansioso.... jos
ResponderEliminarGracias por apurarme jeje igual y para mañana :D Gracias por pasarte a leer Jos <3
Eliminar