¿Por qué
sigues haciendo de todo esto un puto martirio?, y ya no sé si el problema soy
yo o si ni uno de los dos lo es. Mis pensamientos se destruyen entre ellos,
defendiendo ciertas historias, historias que jamás son resueltas en finalidad
con la verdad o mentira que es.
Me encuentro
sola y no sé el porqué, lo sé tal vez; más no conozco la realidad en su
totalidad. Todo el tiempo me encuentro confundida y no doy respuestas
abstractas a este montón de dudas que lastiman mi sentir, que le pegan a esas
ganas de vivir y estas mismas se retraen y se convierten en el miedo de
existir.
¿Qué hago
cuando ya no hay razones por las cuales ser feliz, cuando todo deja de
importar, cuando solo se espera que llegue la noche para poder dormir e irnos a
la cama con la esperanza de que mañana sea un mejor día? Con esa tonta idea de
empezar de nuevo y cargar energías para ser como antes pero los días siguen igual
y no se ve algún cambio, ese que uno espera hallar.
¿Qué hacer
cuando nos sentimos solitarios, enfermos, invisibles? Sentimos que todo va
cayendo y difícil es que se levante porque por más que lo intentemos no podemos
parar. El sentido se fue, el amor se había ido mucho más tiempo atrás, ni
siquiera el odio guarda su lugar, ni nada. Somos idiotas que fracasamos a toda
hora sin la obtención de un logro que nos llene los vacíos. ¿Qué hacer cuando
ya no tenemos nada qué dar? Yo no sé.
Posdata: Me
siento perdida en un lugar de tristeza donde dele el ser nada, donde cansa la
espera y me ahogo en temores que no puedo curar.
-Mapachita
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