Mi Jefe
Imagíname con
medias color piel, una blusa ligera, mis lentes y una faldita de oficina y tú
detrás del escritorio con el puesto de Gerente. Entro cuestionándote si acaso
gustas café pues recién comienza el día y se amerita. Te la piensas mientras tu mirada se dirige en
todo mi cuerpo observándome desde los tacones hasta la blusa que me aprieta
pareciendo explotar sobre la parte de mis pechos, esos pechos que sé que deseas
y que te encantaría saborear con tu húmeda y traviesa lengua. -Un café amargo,
es lo que me respondes después de disfrutarme visualmente. Tú luces sexy, te
menciono lo bien que te ves con esa corbata azul marino; mi favorita por cierto
que me incita a quitártela y me la amarres al cuello.
En fin, voy y te traigo
café tomándome la molestia de acompañarlo con una dona porque sé que tu mujer
ni siquiera se levanta a hacerte de almorzar y me interesa tu bienestar. Con
una sonrisa lo agradeces y me paso a retirar.
Se llega la hora
para salir a comer y me invitas a pasar a tu oficina, has pedido que te lleven
comida y para ser exactos, comida para dos. “Qué lindo” es lo primero que me
pasa por la mente. No hablamos mucho pero nos miramos lo suficiente para saber
que es claro y evidente que nos atraemos pero está mal, por eso no decimos
mucho, solo disfrutamos la cercanía que tenemos por cuestiones laborales,
aprovechamos ese hecho.
Me quedo horas
extras porque esta tarde después de comer me lo has pedido, amablemente te he
dicho que sí sin algún problema. Solo estamos nosotros dos en tu oficina y han
pasado ya de las 8, tu mujer te marca por teléfono y tú contestas diciendo que es
por cuestiones laborales el que no puedas presentarte a la cena de sus padres.
Por una parte me
siento mal por eso pero debemos continuar con el trabajo y tengo que acercarme a
ti para leer esa información en tu ordenador, la repaso varias veces e intento
comprenderla mientras me das tus puntos de vista, me tomas de la cintura y me
sientas sobre tus piernas, empiezas a moverme y siento tu erección en mis
nalgas. Lo disfruto porque me gustas y sé que yo también te gusto.
Sabiendo que no
está bien lo que está sucediendo me levanto de tus piernas para posicionarme de
frente, acaricias mis piernas como si cuidaras de ellas, me besas y jalas de mi
coleta, me dices lo mucho que me deseas y las ganas que tienes de follarme como
a una sucia perra, te digo que eso está mal pero parece no importarte pues me
pones de pie, bajas mi falda al igual que quitas tus pantalones y me subes sobre ti; me mueves, mi respiración
aumenta por esas ganas de que me
penetres.
Tu pene está listo para ese momento en que bajo y es entonces donde
gimo al sentirlo ya dentro.
Subo y bajo sintiéndola
toda; es fantástico estar haciéndolo en tu oficina. Me acaricias los senos para
después tomarme por los lados de mis piernas ayudando al movimiento de nuestros
sexos, es excitante sentirte mío, me lo haces demasiado bien y te gimo al oído…
-Mapachita
Quiero ser tu jefe, me la pusiste muy dura con tu relato
ResponderEliminarG e n i al
ResponderEliminarA mi lo que mas me gusta es como expresas cada detalle, éxita bastantante. Muy buen relato como todos los demás😊😊
ResponderEliminarTe lo agradezco mucho Elías.
EliminarLo hiciste con tu jefe?
ResponderEliminarWooooW Cori, tú si que sabes como hacerlo, la verdad sería un lujo tenerte como mujer
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