
Telefónico
Era un chico muy atractivo con esa sonrisa encantadora y esos ojos penetrantes que generan intimidación, pero solo lo percibía en sus fotos y una que otra vez que charlamos por webcam, éramos una especie de novios pero solo virtualmente, fueron 3 meses en los que mantuvimos nuestra relación así, era algo estresante no poderle ver ni tocar así que decidíamos comunicarnos por teléfono y mantener una conversación sexual para hacerlo más placentero y no aburrirnos con lo que ya era muy cotidiano hacer. La primera vez eran las 12 de la madrugada, sonó mi celular y respondí al saber que era él, lo primero que dijo fue que le gustaría tenerme sobre sus piernas mientras me acariciaba mi trasero, sentí como mi piel se estremecía al escucharle con su voz gruesa y una ligera seducción en ella, le contesté que igual a mí, que me encantaría estar sobre él para movérmele encima y poder sentir su erección lista para penetrarme lo cual sé le encantaría. Me decía lo duro que la tenía y que empezaba por masturbarse con mi voz y con lo que le estaba comentando, que estaba desesperado por tomarme de la coleta y lamerme mis labios mientras me bajaba los pantalones y desabrochaba mi camisa con su mano para dejar salir mis pechos y pegarlos junto al suyo ya sin su playera puesta, sentir mis pezones para después chuparlos con fuerza y meterme sus dedos provocándome largos gemidos para al final pedirle, rogarle, suplicarle me la metiera. Sinceramente yo me encontraba ya humedecida, excitada y con ganas de que eso en realidad pasara. Le dije que no aguantaba ya las ganas de chuparle su pene de principio a fin, de acariciarla con mis manos y pasarle mi lengua lubricándola para sentarme en ella y tener el mejor sexo con él hasta cansarnos, hasta que no tuviéramos más fuerza y termináramos la noche desnudos, satisfechos y juntos. Al decirnos todo eso era obvio que nos masturbábamos y continuábamos diciéndonos guarradas hasta alcanzar el orgasmo, era tan rico, tan placentero y aumentaban las ganas de poder encontrarnos en la calle e irnos a un hotel para hacer todas esas fantasías realidad. Esas llamadas las hacíamos casi todas las noches, un Domingo en la tarde me marcó diciéndome que imaginara que me tenía sometida, con los ojos vendados al igual que mis manos y cinta sobre mi boca, hizo que me acostara boca abajo porque iba a penetrarme por atrás, que me iba doler pero al fin de cuenta no era yo quien decidía sino él así que debía obedecerle y encontrarle agrado a lo todo lo que me hiciese, mientras me decía esas palabras yo comenzaba a introducirme un dedo sobre mi ano y con la otra mano hacía un hueco entre la cama y mi vientre bajo para tocar mi clítoris puesto que seguía boca abajo. ¿Te está gustando?, me preguntaba y le decía que sí, dijo que me preparara porque esa era solo la puntita... Al pasar unos 15 minutos más terminamos la llamada, en realidad no había alcanzado el orgasmo por más excitada que me sentía, y bueno entonces decidí mandarle un mensaje a mi novio a quien le había abandonado ya pero sin romper por completo y me respondió muy amablemente, le invité a casa y en una hora ya estábamos metidos en la cama, me desnudé y le quité su ropa para besarle el pecho, su cuello y hacerle sexo oral, sus manos manoseaban mi entrepierna y me recargó sobre el buró para darme duro, estaba gimiendo y lo estaba disfrutando exageradamente, mis ganas ya eran demasiadas y mi novio lo estaba haciendo tan rico que me dejé ir y después él lo hizo dentro de mí.
-Mapachita
Me encanta tu relato. Eres muy buena para eso
ResponderEliminarHola Antonio, muchas gracias por pasarte a leer el blog y doblemente gracias por tomarte el tiempo de comentar tu agrado, que pases a tener linda noche :)
Eliminar